El software Adapro facilita la interacción usuarios con necesidades especiales gracias a una tipografía especial y al uso de pictogramas
Vista de un ordenador portátil con el programa Adapro. Foto: Cristóbal García/EFE.
Algunos procesadores de palabras pueden ser muy difíciles de utilizar por personas con discapacidad o dislexia, pero también para niños pequeños o ancianos. Para facilitar la interacción con, por ejemplo, Microsoft Word ha salido un programa, de descarga gratuita, que facilita la escritura. El software se llama Adapro y cuenta con pictogramas, alertas contra palabras mal escritas y simplificación de comandos.
“Este procesador adaptado estaba orientado inicialmente a las personas con diversidad funcional, pero ha resultado ser beneficioso para mayor número de personas de lo esperado”, dice Niobé Jerez, desarrolladora de Adapro y responsable del proyecto TiCa (Tecnologías de la Información y la Comunicación Accesibles). “Por ejemplo, los niños lo pueden utilizar como primer procesador, ya que facilita la familiarización con los procesadores de palabras. Además los pictogramas les aportan un feedback muy motivante cuando después de escribir una palabra se les muestra un pictograma que lo ilustra”.
Este proyecto ha sido desarrollado por el Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER) y la Sociedad Insular para la Promoción de las Personas con Discapacidad (SINPROMI) y nació a partir de uno anterior, llamado Protad, en el que se realizó un procesador adaptado con ayudas visuales y auditivas para personas con discapacidad intelectual. A partir de esta experiencia, se comenzó el trabajo de Adapro. Una vez programado, se le sometió a una fase de test, con 5 personas de distintas características durante dos meses.
Pictogramas y tipografía especial para hacer más fácil la lectura
Adapro superó las pruebas realizadas con personas con necesidades educativas especiales, ancianos y disléxicos. “Es un procesador sencillo que realiza automáticamente la gestión de documentos (guarda automáticamente los documentos y los almacena en una carpeta que crea para cada usuario), con lo que facilita enormemente a el uso del procesador”, asegura Jerez. “Tiene también una funcionalidad especial de pictogramas, como los teclados virtuales se convierten en ayudas para el usuario que recibe un feedback y para el tutor que puede preparar tareas y ayudas personalizadas para cada usuario, lo que facilita el aprendizaje y la lectura”.
Adapro incluye por defecto la fuente Sarakanda diseñada por Alejandro Valdez para personas con dislexia. “Esta tipografía busca específicamente diferenciar aquellas grafías más frecuentemente confundidas por las personas con dislexia ( p b d q ), sumada a una funcionalidad especial que al activarla colorea estas letras cada una con un color diferente, que ayuda a diferenciarlas con mayor facilidad”, dice Jerez. También es posible elegir el contraste entre el color de fondo y de letra que mejor se adapte a la visión de cada usuario, que puede optar por un fondo blanco con letra negra, un fondo amarillo con letra negra o un fondo negro con letra blanca.
“Adapro es multiusuario y cada usuario tendrá una configuración diferente y personalizada en función de su capacidad, necesidades o evolución”, asegura Jerez. “Una vez iniciado, Adapro abre el último documento más reciente con el que se haya trabajado. Si el usuario quiere abrir otro documento, tiene a su disposición un buscador que busca sólo sobre sus documentos. Además, guarda automáticamente los documentos y simplifica la interacción del usuario con el procesador”. La descarga es fácil y gratuita.
Artículo extraído de ElCorreo.com.